“La valoración de las Áreas Protegidas evidencia su alto potencial; oportunidad estratégica y aporte al desarrollo del país”
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“Con la nueva Institucionalidad se “empareja la cancha” entre Medio Ambiente y los demás sectores”
Noviembre 20, 2009

Tres visiones sobre el Sistema de Áreas Protegidas en Chile:

“Perseverancia para generar cambios; Claridad para marcar el rumbo y Oportunidad de Negocio”

En un anterior encuentro de la Comisión de Sustentabilidad Ambiental y Social del CED, Rafael Asenjo, Coordinador Nacional del proyecto Conama / GEF-PNUD, Creación de un Sistema Nacional Integral de Áreas Protegidas, abordó el tema ¿Es posible construir un Sistema de áreas Protegidas para Chile?

La discusión demostró que existen múltiples variantes que abordar y aclarar para asumir el desafío de construir este sistema asegurando responder a las necesidades institucionales; ambientales y de desarrollo sustentable.

Por esta razón, en el nuevo encuentro de la comisión, se realizó una mesa redonda para, desde tres miradas diferentes pero complementarias, analizar las “Oportunidades y barreras para instalar un sistema de áreas protegidas en Chile”.

Participaron como expositores, César Ormazábal, ex Jefe del Departamento de Áreas Protegidas de CONAF, Andrés Meza, encargado de políticas y normas en el Departamento de Gestión Ambiental, de la Gerencia de Áreas Protegidas y Medio Ambiente de CONAF y Humberto Rivas, Académico de la Carrera de Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello.

“Perseverancia para generar cambios”: Cronología de la evolución del SNASPE en Chile en los años ‘80

La exposición de César Ormazábal apuntó a esto e invitó a la audiencia a revisar el porqué en 20 años se lograron hacer tantas cosas. Básicamente, expuso sobre los Avances y logros de la década de los 80, los que se pueden resumir en estos puntos centrales: Acercamiento al conocimiento científico para una mejor gestión técnica; conceptualización y desarrollo de un Sistema de áreas protegidas; mejoramiento y tecnificación de la gestión de áreas protegidas y el desarrollo de programas de fauna silvestre sobre especies clave.

Además, identificó los factores que más influyeron en estos avances: Acercamiento al conocimiento científico para una mejor gestión técnica (lo que se evidencia en Contratación del estudio “Vegetación Nativa Chilena. Características y Clasificación (Gajardo, 1983); simposios sobre Flora y Fauna Terrestre; edición y distribución Libros Rojos Flora y Fauna; la conceptualización y desarrollo de un Sistema de áreas protegidas ( la que se consiguió por medio de la elaboración de la Historia de la planificación del SNASPE; el diseño técnico de la ley del SNASPE 1980-1984; la colaboración de instituciones y recursos humanos en la planificación del SNASPE; la aplicación y desarrollo del Sistema planificado y una gran cantidad de decretos sobre unidades del SNASPE emitidos entre 1980 y 1989). El último factor identificado por Ormazábal fue la conceptualización y desarrollo de un Sistema de áreas protegidas (creación de áreas protegidas del SNASPE; unidades del SNASPE cuya gestión para crearlas se inició en los años 80; fijación de límites de áreas del SNASPE creadas por ley; creación de áreas protegidas complementarias al SNASPE y la redelimitación, fusión y reclasificación de áreas protegidas ya existentes en el SNASPE)

Todo este esfuerzo, dio como resultado que desde 1980 a 1989 se crearan 13 unidades totalmente nuevas de áreas silvestres protegidas y se iniciara la preparación de antecedentes técnicos y el proceso de aprobación legal para otras 9.

Cabe destacar que la selección de éstas fue mucho más tecnificada, ya que se integraron lugares con formaciones vegetales ausentes, o presentes en escasa superficie, en el SNASPE, a la vez que sitios de relevancia nacional en cuanto a concentración de fauna, especies vegetales en peligro de extinción y otros valores ecológicos que significaran una importante contribución ecológica al Sistema.

César Ormazábal fue enfático al señalar que el gran avance alcanzado en esos años en materia de Áreas protegidas, tuvo como única receta un trabajo serio; coordinado y profesional el que se realizó trabajando con perseverancia; incorporando estrategias de innovación; comprometiendo en él a la comunidad científica; preocupándose de manera preferente por el personal y realizando una buena utilización de los recursos disponibles.

“Claridad de dónde venimos para definir hacia dónde queremos ir”: Elementos de análisis político

Por su parte, Andrés Meza realizó una reflexión en la que consideró elementos políticos.

Comenzó recordando que hacía un par de días se acababa de aprobar la ley que reforma la institucionalidad ambiental la que, como manifestaron las autoridades, fue preparada considerando toda la experiencia previa en esta materia y reforzando la idea de que en nuestro país la Agenda Ambiental en términos institucionales, se ha desarrollado desde 1984.

Para evaluar esta afirmación, Meza hizo una revisión de 150 años de la Historia de Chile (1859 – 2008) y los hitos que demuestran decisiones de Estado relativas a bosques, aguas, conservación y protección. Encontró más de 31 de ellos, destacando 6, los que a su vez clasificó como de primer nivel: decisiones visionarias trascendentes y de segundo nivel: decisiones estructurales permanentes.

Entre las visionarias, encontró que: En 1889 durante el. Gobierno de José Manuel Balmaceda se contrata al naturalista alemán Federico Albert, quien fue el precursor de la institucionalidad pública para bosques, suelos aguas y áreas protegidas. Ya en el siglo XX (1939) en el Gobierno de Pedro Aguirre Cerda, se crea la CORFO; la que se constituye en la primera consultaría internacional para el desarrollo del sector forestal industrial en Chile. Y en 1972 bajo la administración de Salvador Allende, nace la Corporación Nacional Forestal, CONAF, integrando estructuras gubernamentales encargadas de bosques, vida silvestre y conservación, que se encontraban dispersas.

En cuanto a decisiones de carácter estructural, Meza distingue: La aprobación de la primera Ley de Bosques el DL Nº 656/25, el año 1925, durante el Gobierno de la Junta Militar. También considera fundamental la creación del INFOR, la APARFO y el Departamento Forestal, el año 1965, durante el Gobierno de Eduardo Frei M. Por otro lado, reconoce el aporte que en 1992 el Gobierno de Patricio Aylwin hace al instalar en la discusión política un proyecto de ley para los bosques nativos, paralelamente con al debate sobre temas ambientales.

Estos fueron esfuerzos y acciones concretas que marcaron la evolución de las políticas públicas y de la institucionalidad en materias ambientales, las que tuvieron claro impacto en las decisiones que se han tomado en el Gobierno de la Presidenta Bachelet relativas a Bosques, Áreas Protegidas y Medio Ambiente.

Entre ellas destacó los siguientes hitos: 05 junio 2008, se inicia la discusión para la reforma de la institucionalidad y la creación del Ministerio del Medio Ambiente; el 1 de julio 2008, se produce el Fallo del Tribunal Constitucional sobre la Ley de Bosques Nativos (califica de anómala la situación de la CONAF) y el 30 de julio de 2008 se publica en el DO, la Ley 20.283 para la protección, la recuperación y el mejoramiento de los bosques nativos (segunda ley de bosques).
Además, la recientemente aprobada Ley, en su artículo octavo, establece que dentro del plazo de un año desde la publicación de ésta, el Presidente de la República deberá enviar al Congreso Nacional uno o más proyectos de ley por medio de los cuales se cree el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, y se transforme la Corporación Nacional Forestal en un servicio público descentralizado.

Luego de este análisis, que define con claridad desde dónde venimos en materia de políticas ambientales, Andrés Meza se planteó las siguientes interrogantes, cuyas respuestas podrían dar las claves para trazar el camino que se debe continuar: ¿Cuáles son las amenazas y fortalezas para diseñar la nueva institucionalidad pública en torno a los bosques y las áreas protegidas? ¿Desaparición de la CONAF? ¿A qué tipo de fortalecimiento institucional para áreas protegidas y bosques debiéramos aspirar?

Lo que sí quedó claramente establecido, es que los Bosques y las Áreas Protegidas del Estado constituyen la base del desarrollo sustentable de nuestro país y están directamente ligados a la calidad de vida de las comunidades del mundo rural.

El especialista, entregó datos duros, relacionados con la distribución de bosques nativos, porcentaje territorial de áreas protegidas y demostró la necesidad de lograr una articulación territorial de éstas. Tarea que hoy está en manos de Conaf, institución a cargo de la administración de las 15,6 mill ha de bosques, las 14,1 mill ha protegidas y las 4-5 mill ha de formaciones xerofíticas, con la complejidad que de por sí tiene su manejo, más aún cuando se debe tener en cuenta el evidente traslape territorial entre ellas.

Para Meza, una dificultad que dejó en evidencia la nueva Institucionalidad, es que no incluyó el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, y tampoco es clara su relación con la gestión ambiental de los bosques nativos y las formaciones xerofíticas.

Para superar este escollo, propone crear una nueva estructura de alto nivel, por ejemplo una Subsecretaria, que coordine a estos dos servicios, que son claves en el territorio rural, ya que la dependencia política de un mismo Ministerio se justifica por la necesaria coherencia estructural y funcional.

Otro elemento que para el directivo de Conaf es necesario considerar a la hora de proyectar el futuro de estas Áreas, son los cuatro proyectos de Ley que tienen relación directa o indirecta con Áreas bajo protección oficial del Estado: Ley de recuperación de los bosques nativos (despachado); Proyecto de Ley para la Institucionalidad Ambiental (despachado); Proyecto de Ley de Turismo (en trámite) y el Proyecto de Ley que modifica la Ley de Urbanismo y Construcciones (en trámite). A su juicio, aún queda por demostrar el rol que estas normativas jugarán, pudiendo ser una gran oportunidad para el manejo de estas zonas.

El mensaje de Andrés meza fue claro, la gestión pública en las áreas protegidas debe promover la conservación de la diversidad biológica y cultural; la equidad en la distribución de los beneficios y debe contribuir al desarrollo sustentable de la comunidad donde está inserta, de la región y con ello, del país.

“El buen negocio”: Ecoturismo como instrumento de protección ambiental

Finalmente, Humberto Rivas, entregó una visión desde la perspectiva del desarrollo turístico como un instrumento de protección ambiental y de desarrollo sustentable, al contribuir al bienestar de la comunidad mediante la generación de ingresos.

Rivas mostró algunas de las características del ecoturismo que avalan esta idea, ellas son: Genera mínimo impacto ambiental negativo; se realiza a pequeña escala: Grupos pequeños, equipamientos e instalaciones de pequeña envergadura (cabañas, lodges, campings, senderos, miradores, etc.; respeta y pone en valor la cultura local (Campesina, indígena, etc.); integra a las comunidades locales en su cadena de valor; incluye educación ambiental aportando a la creación de conciencia ecológica en la sociedad y abarca una interpretación ambiental aportando a la comprensión del medio.

En una amena exposición, hizo un recorrido por cifras y datos que develan la evolución de esta actividad en Chile, como la tasa de llegada de visitantes (que se encuentra por sobre el promedio mundial, con un 10.6 anual) o las principales actividades que los turistas realizan en Chile.

Con ellas, demostró que con un marco normativo que dote de una Ley de Turismo que reconozca, específicamente, al ecoturismo y definiendo un lineamiento de coordinación y administración para las concesiones, esta actividad encierra grandes oportunidades para la protección ambiental y el desarrollo sustentable.

Entre las congruencias para que ello se produzca, señaló la creación del Cluster de Turismo de intereses especiales, el que, con una mirada integradora y con una estructura de trabajo que permita impulsar a las empresas relacionadas con este sector productivo, facilitará que el impacto de esta actividad en la biodiversidad tenga un carácter positivo, de fomento y protección.

Sin embargo, también existen barreras. Se requiere de una estrategia consensuada de innovación en ecoturismo, de una institucionalidad especializada; de una gestión financiera apropiada para la protección ambiental y de una gestión integral de estos destinos.

Para solucionar estos espacios poco definidos se está trabajando y Humberto Rivas se mostró optimista frente a la idea de que el escenario turístico se dé en una tridimensionalidad que combine de manera equilibrada el fomento social/cultural; la protección ambiental y la rentabilidad que con un adecuado manejo se pueda alcanzar.

El encuentro finalizó con un intercambio de visiones y aporte de ideas por parte de los asistentes.