2da. Sesión Ciclo de Charlas de Relaciones Internacionales: “Relación Chile-Unión Europea”

Con la exposición titulada “Relación Chile Unión Europea. Hacia la modernización del Acuerdo de Asociación” a cargo del Embajador Carlos Appelgren, Director General de Asuntos Consulares y de Inmigración del Ministerio de Relaciones Exteriores, se desarrolló el segundo taller de este ciclo de charlas que tiene por objetivo realizar un análisis profundo de la relaciones internacionales y política exterior de Chile durante el periodo histórico correspondiente al retorno a la democracia.

Durante su intervención, el embajador Appelgren, hizo referencia a la velocidad del conocimiento e innovación que se refleja y tiene su expresión en las relaciones internacionales, pues ello implica nuevos paradigmas y desafíos. “Hoy la particularidad de las relaciones es que todo es dinámico”.

Así destacó, por ejemplo, el cambio geopolítico que se produjo con la caída de los socialismos reales, modificando la bipolaridad mundial. Otro cambio radical, señaló, es la  revolución de las comunicaciones que hace estar en red a los seres humanos.

Pero ello también tiene una contraparte. La globalización ha afectado al sistema financiero y energéticocompletos, por ejemplo, a través de profundas crisis de carácter “planetario”.

Viviendo en este mundo en constante transformación es que, además, se explica la necesidad de pensar un nuevo Acuerdo –o su modernización- de Asociación entre Chile y la Unión Europea. Ello, pues cuando este recién se agenció, el contexto del país era muy diferente. Chile se  reincorporaba al mundo luego de  salir de un largoperiodo de dictadura). Es decir, este acuerdo se dio precisamenteen esa lógica: Chile se abría al mundo y la Unión Europea promovía este acuerdo con Chile como una manera de normar y estructurar las relaciones que se basaban en un trabajoprincipalmente de cooperación (año 1995). Luego, en 2002, se amplió esta relación hacia otros dos pilares: económico y comercial, que vinieron a dar las bases para una nueva era  de los acuerdos, siempre cimentados en valores comunes  (los de un régimen democrático) que ahora pasaban a abordar nuevas áreas.

Pasados 10 años de este acuerdo, los cambios mundiales que se profundizaban, unidos a que la relación entre Chile y Europa también mutaba de la mano de la apertura de nuestro país al mundo y a la consolidación de su democracia,  así como a los cambios que experimentaba la propia Europa,como por ejemplo debido a las migraciones, al fortalecimiento de tratados internacionales y a la multipolaridad mundial que se expresaba en diferentes focos de poder e intereses, hicieron que se pensara en que ya era tiempo de adecuar el Acuerdo de Asociación.

Este proceso ha sido largo y ha tenido buenos resultados y para el embajador Appelgren, sin lugar a dudas, su implementación también dará los frutos esperados en nuevas áreas de trabajo conjunto como: energía; seguridad y defensa; temas medioambientales; relaciones de género; conectividad; economía verde, entre otros. A estos, también se han sumado nuevas y comunes amenazas, como el terrorismo en dimensiones y niveles no conocidos antes.

El proceso de modificación del Acuerdo de Asociación se encuentra en fase de implementación, la que debería ser fácil, si continuamos siendo un país protagónico y atractivo para la Unión Europea. Con esta modificación,  Chile espera que: sus beneficios lleguen a todas las personas “al ciudadano”; relevar los temas de género, como la paridad ya que está demostrado que un país que no avance en esta línea no alcanzará el desarrollo y; la profundización del diálogo político, vía que permite reforzar y consolidarlos regímenes democráticos.