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CED realiza seminario para debatir sobre populismo y democracia en Chile y América Latina

El lunes 3 de diciembre en la Universidad Alberto Hurtado la actividad contó con las exposiciones de Cecilia Osorio, María Pía Martín, Claudio Alvarado y Sergio Micco.

El lunes 3 de diciembre en el Auditorio San Alberto Hurtado de la Universidad Alberto Hurtado, se llevó a cabo el seminario “Populismos y Autoritarismos en América Latina: ¿Hacia dónde va Chile?”. Este seminario es parte del ciclo de charlas sobre políticas públicas que el CED organiza desde el año 2017.

 

En esta oportunidad nos acompañaron Cecilia Osorio, Doctora (PhD) en Ciencias Sociales y Políticas, Directora de la Carrera de Ciencia Política y Ciencias Internacionales de la UAH; María Pía Martín, Doctora en Políticas Públicas y Directora del Magíster en Gestión y Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile; Claudio Alvarado, Magíster en Derecho Constitucional y Director Ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES); y  Sergio Micco Doctor en Filosofía, Presidente del Directorio del CED y Académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. El seminario fue moderado por Adita Olivares, Coordinadora Académica del Bachillerato en Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado;

 

Cecilia Osorio precisó la importancia de definir populismo pues todo puede terminar cabiendo en el mismo saco. Así identificó tres olas populistas: 1) asociada al líder brasileño Getulio Vargas, 2) en los años ’90 con Menem y Fujimori y, 3) el momento actual. Sobre las políticas públicas, éstas fueron catalogadas como cortoplacistas pues no se hacen cargo de la regulación del trabajo y las inseguridades de las clases medias. Asimismo, señaló que las políticas públicas no son solo técnica, sino también política, por lo que necesitamos generar un equilibro entre estas dos dimensiones. En este sentido Cecilia Osorio considera preocupante el debilitamiento de los partidos políticos, el vaciamiento de la política y lo político, y la cultura política actual: clientelar, con Estados débiles y ciudadanía exclusiva. Finalmente instó a fortalecer masa crítica democrática y cuidar las simplificaciones en conceptos y discusiones.

 

María Pía Martín planteó la necesidad de ver las políticas públicas como un vehículo para canalizar demandas y construir lo común. Y en este sentido el desafío está puesto en la legitimidad y efectividad de las políticas antes los diferentes ritmos del mercado, la velocidad de respuesta, las viejas instituciones y la nueva sociedad. Estos desafíos se deben a la fragmentación institucional hacia arriba (instituciones supraestatales), hacia abajo (descentralización) y hacia el lado (partenariados públicos-privados). La frustración que generan algunas políticas (o ausencias de ellas) son caldo de cultivo para el populismo y/o la abstención. Los sistemas políticos se ven incapacitados de gestionar ante tanta complejidad social. Para la socióloga falta generar espacios para la deliberación, además necesitamos superar la fragmentación particularista de las políticas públicas (para cada problema creamos instituciones y programas distintos) a través de la instalación de un sistema de políticas.

 

Claudio Alvarado también cree que hay que ser cuidado con los términos: sea este populismo, autocracia, totalitarismo, tiranía, etc. En este sentido se podría dejar de mirar “populismo” como un insulto. En el caso chileno, el abogado señala que se está viviendo un cambio de ciclo, lo que significa desajustes. Están en discusión y cuestionamiento las prioridades de las elites políticas. En este sentido hay que tener ojo que los votantes de Trump, Bolsonaro o el Brexit no son todos iguales a su representante (no piensan idénticamente como él) pero sí sus propuestas hacen sentido a la ciudadanía. Tomando una reflexión hecha en el IES, el populismo se entiende como un adjetivo peyorativo, con prácticas políticas y económicas que no son uniformes, con estilo político que quiere reivindicar una relación eficaz con el pueblo. En este sentido los líderes populistas conectan con las víctimas del progreso y la globalización y debemos ser cuidados por que no vaya a ser respuesta de dogmas y sentidos sofisticados.

 

A Sergio Micco no le parece correcto “meter en el mismo saco” a Donald Trump con Adolf Hitler y a Jair Bolsonaro con Benito Mussolini. Si todo es fascismo, nada lo es.  Para el abogado estos nuevos líderes, surgen, en general, fuera de la clase política, son de discurso y maneras autoritarias, claramente contrarios al liberalismo político y cultural, escamotean a las instituciones políticas y apelan directamente al pueblo, atizando emociones fuertes como el miedo al criminal y al extranjero y practican políticas de super oferta fiscal. Lo central del nacional populismo es una abierta condena a la globalización económica, política y religiosa-cultural. En Chile no se ven opciones de nacional populismo en el corto y mediano plazo pero no hay que ser complacientes: pues está surgiendo una derecha radical, hay movimientos religiosos y nacionalistas contrarios a la democracia liberal, existe una ambigüedad en la izquierda por defender regímenes no democráticos, el centro político está disminuido, observamos xenofobia y racismo, así como consideramos el orden e instituciones públicas deficientes. Sergio Micco concluye lo siguiente: Nuestra democracia no agoniza, pero su pronóstico es intermedio e incierto.

 

La próxima actividad del Ciclo de Charlas sobre Políticas Públicas será en enero de 2019 con el lanzamiento de un libro que recopila presentaciones realizadas en el ciclo de charlas durante el 2018.