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Seminario Evaluación y Desafíos de la Convención Constituyente

¿Cuál es la evaluación que realizan los expertos a dos meses de iniciada la convención constitucional? El miércoles 8 de septiembre, el Centro de Estudios del Desarrollo (CED) realizó el seminario “Evaluación y Desafíos de la Convención Constitucional”, que contó con la participación de cuatro panelistas que han seguido de cerca la instancia. 

¿Cuáles son los desafíos que tiene la convención por delante? ¿Cuál es la importancia de escribir el reglamento general de la Convención? ¿Cuál es el rol de la participación ciudadana? Estas son algunas de las disyuntivas que resolvieron los expositores en el seminario evaluativo al trabajo constituyente.

En la instancia participaron como expositores Pamela Figueroa, profesora y cientista política; académica USACH y Coordinadora Académica del Observatorio Constitucional; Pablo Fuenzalida, abogado e investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP);  Valentina Rosas, cientista política y Subdirectora de “Tenemos que hablar de Chile”; y Angélica Bonilla, socióloga y Coordinadora de Investigación e Incidencia de “Momento Constituyente”.

La exposición fue iniciada por Pamela Figueroa, quien en un primer momento señaló que “a ocho semanas del inicio de la convención, el saldo es positivo. Sabemos que esto no ha estado exento de dificultades; dificultades el día de su instalación el 4 de julio, distintas polémicas que probablemente ha marcado los últimos días, pero si uno mira el trabajo de la Convención Constitucional en perspectiva, me parece que es una evaluación positiva”.

En esa misma línea, la Coordinadora Académica del Observatorio Constitucional, explicó que la convención “representa un momento histórico bien importante en la sociedad chilena. Es el hito que está cerrando un ciclo político, económico y social y abriendo uno nuevo”. 

Y comentó que “El acuerdo por la paz y la Nueva Constitución permitió la canalización democrática institucional y participativa de la revuelta social”, y agregó que “genera no solo un acuerdo político amplio, que confluye con un acuerdo social amplio ya construido con anticipación de la necesidad del cambio constitucional, sino que también implica una innovación democrática, probablemente de las más importantes que hemos tenido en los últimos años”.

Una innovación que está principalmente caracterizada por la elección de una presidenta de origen mapuche, Elisa Loncon; una mesa directiva ampliada, que permitió la participación de distintos líderes; una convención paritaria, con escaños reservados para Pueblos Originarios y con listas independientes. 

En cuanto a los “desafíos”, Figueroa comentó que “un nudo crítico es la participación ciudadana en el proceso constituyente, porque la legitimidad del proceso requiere no solamente la representación de los convencionales constituyentes que ya están, sino una fórmula de participación ciudadana incidente”. 

Por otro lado, el investigador del CEP, Pablo Fuenzalida, hizo un análisis a la estructura provisoria que adoptó la convención constituyente. En ese sentido, explicó que “la CC ha sido capaz -siguiendo modelos que uno puede encontrar en experiencias comparadas, como lo es el trabajo en comisiones y contar con una mesa directiva- de seguir básicamente esa misma experiencia; comenzando primero por lo que ha sido la mesa. Una característica de integración es que tenemos una presidenta mapuche, con escaños reservados y una convención paritaria”. 

Y agregó que “lo que tenemos que esperar a ver es cuál va a ser ese rol de la mesa ampliada”, explicando que “si se aprobara lo de una mesa rotativa, ya en enero de 2022 estaríamos eligiendo una nueva mesa de nueve personas que habrán empezado a implementar nuevas reglas, y que van a tener que poner en marcha todo este proceso”. 

En tanto, Fuenzalida destacó las coordinaciones y la asistencia o asesoría que recibió la CC. “Si bien no cuenta formalmente con una secretaría técnica, sí cuenta con ella por convenio (BCN/ Congreso Nacional) y gran parte del éxito se puede atribuir a funcionarios de carrera -que han cumplido las funciones de secretaría de acta, que le dieron forma al trabajo de la CC- siguiendo prácticas bastante aceptadas, desde algo tan doméstico como las cuentas, las comunicaciones que se reciben, a qué comisión se van derivando, flujo de debate, consultas sobre cómo se hace en la Cámara de Diputados, etc”.  

Desde una perspectiva que recoge los intereses de la ciudadanía, Valentina Rosas, de “Tenemos que hablar de Chile”, expuso el trabajo de la organización: realizaron un estudio en el que participaron más de 8 mil personas, de 346 comunas del país, y en el que constataron “la esperanza afirmada en el proceso constituyente como un todo y no solo en el producto”. 

Además, Rosas comentó que las personas tienen “muchas ganas de cambiar la política y las lógicas que imperan en la política, volver a abrir algunas conversaciones, repensar el país y repensar lo que se ve para los próximos años”. 

Entre los desafíos que han podido identificar en el trabajo constituyente, es aumentar la “comunicación y transparencia”, que la “contingencia” no empañe el trabajo, apropósito de lo que pasó con el convencional Rojas Vade, y construir “diálogos y acuerdos” con todos los sectores que participan en el proceso. 

En esa misma línea, Angélica Bonilla de Momento Constituyente, manifestó que desde MC participaron de la Comisión de Comunicaciones en la CC y en la de Participación Popular y Equidad Territorial. 

Allí pudieron constatar que como desafío para los meses que quedan para la redacción de la nueva Carta Magna, es necesario cambiar “cómo se comunica la convención con la ciudadanía”, cambiando la “lógica” en la que “depende de cada convencional y la participación de la ciudadanía en el proceso”. 

Y agregó que “uno de los riesgos principales que enfrenta el trabajo de la convención y la legitimidad de su propuesta, tiene que ver con la desinformación (intencional o no) respecto a su labor”. 

Bonilla recalcó que los aprendizajes para los próximos meses de trabajo es “mejorar la transparencia y organización de las audiencias” y “planificar los tiempos y formas de sistematización de los mecanismos de consulta”. Además, comentó que “la información por sí sola no funciona, se necesita promover la educación constituyente”.