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Consideraciones en materia ambiental para una Nueva Constitución

Crisis climática, crisis de pérdida de diversidad y crisis de contaminación, son parte de la triple crisis global, que según propone el biólogo Diego Urrejola, debería ser considerada en la Nueva Constitución.

Diego Urrejola, biólogo y director ejecutivo de la Fundación Cosmos, pone en contexto cómo se gestó el proceso constituyente, argumentando que la idea de cambio nació de un contexto de crisis social en el país. 

Frente a ello, el biólogo comentó que “según el Instituto Nacional de Derechos Humanos, hoy día existen más de 100 conflictos ambientales en Chile, 65 de los cuales se encuentran activos y otros 30 en estado de latencia. Es decir, estamos en una tensión permanente en el territorio y estos conflictos socioambientales tienen que ver con un estrés entre esta comunidad y este medio ambiente que le está haciendo de contexto”. 

Además, Urrejola enfatizó en que las constituciones no solo representan un marco legal y jurídico que rige al Estado, sino que también reflejan un acuerdo social de cara al futuro. 

Es por ello, que el director ejecutivo de Fundación Cosmos, explica la necesidad de tomar en cuenta la triple crisis global: la crisis climática, la crisis de pérdida de diversidad y la crisis de contaminación y desde allí construir una nueva Carta Fundamental. 

¿Cómo responde  a esta triple crisis la actual Constitución del país? 

Urrejola plantea que “en la actual Constitución sólo estaría reaccionando, o potencialmente tiene la facultad de reaccionar, a través del artículo 19 Nº 8, que dice: ‘La Constitución asegura a todas las personas el derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar porque este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza’”, algo que considera insuficiente, “porque los desafíos que nos plantea la triple crisis son mucho mayores que los que podemos abordar a través de solo este artículo”.

por otro lado, el especialista en medioambiente, aclaró que hay que recordar de dónde nace el concepto “desarrollo sostenible” y la idea de una Constitución sustentable o sostenible, justificando que “existe toda una historia desde finales de los ‘60 hasta el año ‘87, cuando el informe Bruntdland propone el concepto de desarrollo sustentable como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones. 

Esto es muy importante porque no solo lo ubica en este tiempo y combina tres factores importantes –la naturaleza, el sistema económico y la sociedad–, sino que también lo propone para distintos espacios temporales: hay que preocuparse de la justicia intergeneracional para que esto sea sustentable”. 

Puedes leer el informe completo en el portal Asuntos Públicos del CED.