Por Claudio Pérez y Camila Rivas Dir. ejecutivo e investigadora Centro de Estudios del Desarrollo
Esta columna de opinión fue publicada el 20-10-2022 en THE CLINIC
“La ciudadanía no es representada solo con campañas electorales, sino que también son necesarios otros canales de participación, como una rendición de cuentas horizontal, consultas ciudadanas, mecanismos de participación directos y la posibilidad de renovar la política con nuevos actores, entre otros. Sin embargo, se vuelve necesario que estas nuevas caras estén asociadas a los partidos políticos”, sostienen los autores.
La crisis de representación que se arrastra hace algunos años en Chile es más que conocida y estudiada. Sabemos que los partidos políticos son unas de las instituciones con el menor nivel de confianza ciudadana, y esto conlleva desinterés por toda actividad política y una búsqueda de alternativas fuera del sistema, incluyendo la participación electoral de independientes.
Según PNUD (2010), algunas de las razones que contribuyen a acentuar la crisis de representación son: debilidad de los contenidos en las propuestas electorales (pobreza programática); prácticas clientelares; desigualdad de oportunidades entre los partidos (recursos y acceso a medios); baja regulación del financiamiento en la actividad política; y el escaso a apoyo de los mecanismos de democracia directa, ya que muchas veces son vistos como factores que debilitan a los partidos políticos.
Es debido a lo anterior, que las candidaturas independientes han tomado relevancia en el escenario político. Su importancia y abundancia tiene relación con la escasa legitimación de los partidos y candidatos tradicionales y el distanciamiento entre la agenda partidaria y las necesidades ciudadanas.Respecto a Chile, en las pasadas elecciones de Convencionales Constituyentes se permitieron las candidaturas en listas de independientes. Es así como en la Convención los independientes lograron casi un tercio de los escaños, mientras que los partidos tradicionales obtuvieron una representación bastante inferior a la esperada.
Los independientes prometen terminar con la verticalidad, la exclusión y la concentración de poder acumulado por los partidos tradicionales. Además, pueden colaborar en el fortalecimiento de la democracia debido a que, con nuevos miembros y temas en la agenda pública, contribuyen a superar la desconfianza y el desinterés en las instituciones democráticas. Lo anterior supone que se privilegie las candidaturas de independientes en el marco de listas de partidos y no en listas de independientes para que no solo sean representantes de demandas particulares, como ocurrió en muchos casos en la Convención Constitucional, sino que sean parte de la deliberación partidaria.La relevancia de los partidos recae en su rol fundamental en la agregación de preferencias, además, están sujetos a normas de transparencia, rinden cuenta ante sus electores y son capaces de formar cuadros para la dirección del Gobierno.
Es necesario entender que la ciudadanía no es representada solo con campañas electorales, sino que también son necesarios otros canales de participación, como una rendición de cuentas horizontal, consultas ciudadanas, mecanismos de participación directos y la posibilidad de renovar la política con nuevos actores, entre otros. Sin embargo, se vuelve necesario que estas nuevas caras estén asociadas a los partidos políticos, ya que es el trabajo comunitario el que puede contribuir a que nuestra democracia actual sea más sólida.
*Claudio Pérez es abogado, egresado del magíster en derecho de la Universidad de Chile y Director Ejecutivo del Centro de Estudios del Desarrollo (CED). Se ha desempeñado como asesor legislativo en varias instituciones públicas y privadas. Camila Rivas cientista política y magíster en Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile. Se desempeña cómo invetigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (CED).