Desafíos para un nuevo contrato social en Chile: Amenazas al régimen democrático, niveles de confianza y polarización afectiva

Existen diferentes desafíos que pueden afectar la elaboración de un nuevo contrato social en Chile. En el Informe de Asuntos Públicos N°1.437, la Doctora en Ciencia Política e investigadora adjunta del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), Isabel Castillo, explica tres amenazas: Al régimen democrático, sobre los niveles de confianza, y la polarización afectiva.

Para profundizar dichos aspectos primero es necesario definir brevemente qué es un contrato social. Según la autora, “debe ser entendido como acuerdo implícito en el que la ciudadanía acepta la existencia de la autoridad” manifestada en instituciones estatales. Algo que es reconocido con ciertos límites.

Amenazas al régimen democrático

En relación a las amenazas al régimen democrático, Castillo asegura que hay una caída en el apoyo “a la idea de que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, según datos entregados por la encuesta CEP. Y además hay un aumento en el apoyo a la idea de que “en algunas circunstancias puede ser preferible un régimen autoritario”.

Lo anterior, de acuerdo con la explicación entregada por la Doctora en Ciencia Política, se debe a que la “la democracia no está siendo efectiva” y que “los gobiernos no están pudiendo gobernar”. Esto último en relación con el estancamiento de los proyectos de ley en el parlamento.

Respecto a si es posible revertir la situación a través de una nueva Constitución, Castillo plantea que para ello es necesario “mejorar la capacidad de los gobiernos” y que eso “puede pasar tal vez por el diseño del sistema político y que se mejoren ciertos índices de performance democrática”.

Niveles de confianza

Otro desafío para la elaboración de un nuevo contrato social sugerido por Castillo es la “idea de confianza”. En otras palabras, “el ser parte de la comunidad  y, efectivamente, sentirnos parte”.

Al respecto la Doctora en Ciencias Políticas plantea que hay un aumento en la desconfianza a las personas. De acuerdo con datos de la Encuesta CEP “el 90% de la gente dice que confía poco o nada en el resto. Entonces, es muy difícil en ese contexto aceptar lo que me digan los otros”, explica Castillo.

La desconfianza evidenciada por la autora también repercute en el sistema político, empresarios y todo tipo de instituciones. Es decir, “si no confiamos, no respetamos, no valoramos y no legitimamos esta autoridad, es difícil que el pacto se sostenga”, reflexiona la autora.

Polarización afectiva

La última amenaza al contrato social es la polarización afectiva, la que es una consecuencia ligada a los niveles de confianza, según explica Castillo. Al respecto la autora plantea que no es una polarización ideológica, “sino que tiene que ver con un sentimiento de rechazo y de animosidad hacia los que están del otro lado; es decir, el adversario político para a ser como un enemigo”.

La académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile también sostiene que este tipo de polarización “tiende a aumentar con la edad” y que se ha acrecentado a nivel global.

Una de las consecuencias de este aspecto es que “cada vez se le resta legitimidad al que está al frente y no se aceptan las cosas que propone” lo que se traduce en una reducción de los espacios de diálogo.

Al momento de considerar los tres elementos descritos anteriormente, Isabel Castillo plantea la interrogante de “¿Puede la Constitución, este nuevo proceso constituyente, revertir eso de alguna manera o aportar a eso?” y responde asegurando que el gran desafío del proceso es que este se “perciba como legítimo”.

Puedes revisar el informe completo de Isabel Castillo aquí .