Académica especialista en regionalismo y descentralización advierte que los mecanismos de relaciones intergubernamentales son clave para una buena gobernanza del aparato público

En entrevista con los investigadores del Centro de Estudios del Desarrollo (CED) Esteban Szmulewicz y Ariel Malla, la académica de la Universidad del Rosario de Colombia y Doctora en Derecho por la Universidad de Salamanca, Vanessa Suelt, abordó la descentralización del Estado, sus características, el modelo configurado en Colombia y los alcances que podría tener una mayor descentralización en Chile.

Respecto al Estado descentralizado, Suelt aseguró que este busca ampliar la autonomía de las diferentes zonas de un territorio, lo que “supone facultad legislativa o normativa, y la existencia de algunos órganos que cumplen funciones públicas en las regiones”, explicó la académica.

A esto se suma que en los estados regionales, cada uno de los territorios se rige por sus propias normativas y asume “funciones públicas, entendamos salud, educación, entre otras y eso implica una responsabilidad compartida entre quienes componen un Estado y el Estado Central”, detalló.

Además de lo anterior, Vanessa Suelt explicó que una característica de un Estado regional o descentralizado es establecer mecanismos de relaciones intergubernamentales. Esto debido a que “si no existen, lo que existirá es fragmentación, división política y un conflicto que no se va a resolver y que puede llevar a la fragmentación o parálisis del aparato público nacional y territorial”, advirtió la Doctora en Derecho.

En relación con el modelo implantado en Colombia, Suelt sostuvo que se trata de una forma de Estado con una impronta de significativa autonomía. Y en esta se diferencian las entidades territoriales municipales de los distritos, en donde estos últimos tienen mayor autonomía.

Por otro lado, sobre el caso chileno, la académica de la Universidad de Rosario aseguró que en el país hay elementos como la figura del Delegado o representante Presidencial junto al Gobernador Regional en donde se representa al poder central y el poder de las regiones, cuya relación debe quedar bien resuelta en la nueva Constitución, a fin de perfilar correctamente el principio del Estado democrático y al mismo tiempo una buena gobernanza territorial.

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