Llegó la crisis, se echó la chancha
Mayo 4, 2009
Gracias Claudio Huepe
Mayo 13, 2009

Ha muerto Claudio Huepe García, nuestro editor general de Asuntos Públicos, del consorcio CED-Igualdad

Claudio nació en Chillán en 1939. Estudió en la Universidad Católica de Chile, siendo miembro de la generación de Claudio Orrego Vicuña y los trabajos voluntarios de la FEUC de los años sesenta. En tiempos de rebeldía juvenil soñó y trabajó por un mundo mejor. Al recibirse de ingeniero, fue nombrado por Eduardo Frei Montalva como intendente de la Provincia de Arauco (1964-1968). En una zona muy pobre quiso realizar lo aprendido en sus tiempos de lector de la Doctrina Social de la Iglesia Católica y de su maestro, Jaime Castillo Velasco. Luego se postularía en 1969 para diputado por la misma zona, resultando electo por la Democracia Cristiana. Fue un activo opositor del gobierno de Salvador Allende, pero condenó el golpe de estado de 1973 que lo derrocó. Por expresar su oposición al régimen militar, fue detenido por tres meses en los campamentos de prisioneros de Tres Álamos y Ritoque. Partió al exilio en 1975, viviendo en Inglaterra y Venezuela. Obtuvo un master en economía del desarrollo en el Centro de Desarrollo Económico del Williams College en Williamstown, Massachusetts. Favorecido por las medidas de apertura política, decretadas tras las protestas de 1983, regresó al país junto con Renán Fuentealba. Se incorporó a la mesa nacional de la Democracia Cristiana presidida por Gabriel Valdés. Desde allí fue un entusiasta promotor de la Alianza Democrática y de la Asamblea de la Civilidad, contribuyendo al retorno pacífico a la democracia. En 1989 fue electo como diputado por el Distrito 46 (Lota, Lebu, Arauco, Curanilahue, Los Álamos, Cañete, Contulmo y Tirúa). Fue un articulador de acuerdos en torno a las iniciativas del Presidente Aylwin. Al no ser electo diputado por Talcahuano, sirvió en los gobiernos de los Presidentes Frei, Lagos y Bachelet como ministro y embajador. Fue miembro de la mesa nacional de la DC, presidida por Soledad Alvear. Actualmente nos acompañaba con su experiencia política y conocimientos en políticas públicas, dirigiendo Asuntos Públicos. Lamentamos su partida. Lo echaremos de menos, pues era un hombre entrañablemente querible. Sin embargo, nos asiste la convicción que hizo de su vida algo digno de ser vivido y eso nos reconforta. Con Antonio Cortés, son miembros de una clase de políticos que amando la amistad y la conversación, sabían vivir a fondo el humanismo cívico.