En la segunda versión del Taller de Reforma Política, organizada por el Consorcio de Centros de la Concertación (CIEPLAN, CDC, PROYECTAMÉRICA, CHILE 21, FUNDACIÓN DIALOGA, INSTITUTO IGUALDAD Y CED) -que buscan reflexionar en torno al tema de la reforma de la institucionalidad política con el fin de construir una propuesta seria, fundada y posible a la actual inmovilismo institucional-, Carolina Tohá e Ignacio Walker, compartieron su visión sobre cuáles son las transformaciones indispensables que se deben introducir al modelo político chileno, que permita reformularlo desde sus raíces.
Aunque con matices y énfasis diferentes, el diagnóstico fue compartido por ambos presidentes, quienes coincidieron en que de todas las modificaciones pendientes, la más importante, urgente e impostergable es la Regionalización. Otorgar más atribuciones y recursos y democratizar las instituciones regionales fue el consenso.
Tohá y Walker remarcaron la necesidad de comenzar a ver el país desde el territorio y no desde el gobierno central y sus ministerios. Para estas autoridades, es indispensable trabajar en un modelo de gobiernos regionales y comunales autónomos, que ponga fin al esquema borbónico de las Intendencias, que permita a los ciudadanos elegir a sus autoridades y a éstas, gestionar los presupuestos locales, las contrataciones de recursos humanos, su asociatividad, etc. Todo ello permitiría volcar la mirada política a lo local, sin descuidar el orden fiscal nacional, y comenzar a reconstruir un sistema democrático que reconecte necesidades ciudadanas con el sentido de la política.
Además de este tema hubo acuerdo en la necesidad de reformar el sistema de partidos políticos y electoral, poniendo énfasis en el financiamiento, transparencia y en la democracia interna de éstos y, conjuntamente, en un sistema electoral que asegure el acceso al mundo político a toda la sociedad sin restricciones, donde las minorías, grupos desprotegidos y personas sin redes políticas, puedan ser representados, dejando atrás la concepción de que la actividad política está limitada a las élites que se auto reproducen y que negocian sobre los temas país en espacios cerrados.
Para conseguir esto, Tohá y Walker nuevamente coincidieron en que se requiere: financiamiento público de los partidos, democracia interna, transparencia y primarias abiertas y públicas y, por otra parte, un sistema electoral que asegure la inscripción automática y que promueva un tipo de votación que logre romper la tendencia de la subrepresentación de los sectores más marginados.
Finalmente, los asistentes compartieron opiniones, hicieron propuestas y se comprometieron a continuar con un trabajo de análisis y reflexión, en la lógica de reconstrucción de la “proposición” más que de la “oposición”.