Para conversar sobre el proceso que se inició con la elección de directiva de la Central Unitaria de Trabajadores en agosto pasado y que dio como resultado el cambio de presidente en la principal agrupación de trabajadores del país, Bárbara Figueroa, la nueva cabeza de esta institución, se reunió con empresarios, académicos e investigadores que participan en los encuentros del programa Diálogo Público Privado del CED.
La dirigente sindical explicó que durante el proceso de campaña e instalación de la nueva dirigencia, se identificaron las aspiraciones de los diversos actores sociales y sindicales en torno a la necesidad de un cambio de rostros, pero también fue clara al señalar que no se trataba de responder a esta demanda con propósitos electorales, aplicando una batería de cambios superficiales. Por el contrario, la propuesta de Figueroa no esquivó el debate de fondo, ya que su candidatura representaba a los sectores más atomizados y golpeados por las políticas laborales, como son el mundo femenino y de profesionales jóvenes. Entonces, desde la perspectiva de un cambio en la administración de la Central y de los intereses de sectores necesitados de correcciones concretas y urgentes, se levantaron y expusieron con claridad cuáles serían los fundamentos que marcarían el trabajo durante el próximo período, entre ellos los esenciales fueron: reposicionar a la CUT en el lugar que le corresponde dentro del escenario laboral, político y social; y lograr poner sobre la mesa la agenda laboral.
De esta forma y para operacionalizar los objetivos, la nueva dirigencia, en sintonía con los requerimientos de los afiliados y de sectores que pese a no estarlo han tenido espacios para expresar sus necesidades, se han propuesto trabajar para alcanzar las modificaciones en puntos definidos como críticos: Institucionalidad laboral; nuevo Código del Trabajo; poner fin al multirut; acabar con la práctica del reemplazo de trabajadores en huelga; negociación colectiva efectiva y como tema impostergable, la reforma al Sistema Previsional, el que luego de 31 años de ejecución, ha llegado a un punto de inflexión que exige cambios (con pensiones que en promedio superan por poco los $170.000).
Bárbara Figueroa también describió los procedimientos internos a través de los cuales las bases de la organización sindical han manifestado sus preocupaciones y, en relación a ellas, cuáles serán los ejes del trabajo, ya no sólo desde la propuesta de un candidato, sino desde la elaboración conjunta de directrices para el mundo sindical.
El medio para lograr aquello fue el Primer Consejo Directivo Nacional, realizado el 12 de octubre pasado, en el que 60 consejeros electos se dieron cita en la máxima instancia de debate institucional. De este proceso de reflexión resultó un informe central en el que se plasmaron los tres ejes marco de trabajo:
Pero ello no puede darse si se rehúye un punto crítico. Es una realidad que los trabajadores son parte medular del potencial de desarrollo y crecimiento del país, pero este ansiado progreso demanda, a la vez, que se vayan alcanzando mayores niveles de justicia social y equidad.
“Hoy es el momento de los trabajadores, de dar los grandes pasos que necesita el mundo sindical, y que los trabajadores y trabajadoras han demandado” votando por, como ya se señaló, no sólo un cambio de rostros, sino que por una transformación en la manera de valorar y abordar el rol del trabajador en la sociedad del Chile actual y de futuro.