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Presentan en el CED libro: El Otro Modelo, Del Orden Neoliberal al Régimen de lo Público, pronto a ser publicado.

El economista Guillermo Larraín y el abogado Javier Couso (en representación también de José Miguel Benavente, Alfredo Joignant y Fernando Atria, los otros tres autores de la obra) presentaron ante investigadores del CED su libro pronto a ser publicado, “El Otro Modelo, Del Orden Neoliberal al Régimen de lo Público”.

Guillermo Larraín explicó la estructura de la obra y las motivaciones y reflexiones que dieron nacimiento a este libro: realizar una interpretación coherente al estado de irritación de la sociedad chilena, que se manifestó con fuerza durante el año 2011 en movimientos ciudadanos que abarcaron una diversidad de áreas.

Los autores del libro concluyen que este proceso tiene su origen en una característica fundamental del modelo chileno “El desprecio por lo público y la exaltación de lo privado”, particularidad que se ha replicado en todos los ámbitos del quehacer nacional (social, económico y político). Es decir, una lógica propia de la Derecha pero que ha permeado a toda la sociedad chilena. Ello se evidencia en el:

Modelo Político: Subyace la lógica del arbitraje entre intereses privados y no la del Bien Común.
Modelo Económico-Social: Entrega soluciones privadas a problemas públicos (como en educación, salud y vivienda). Con ello se privatiza el problema público, no se soluciona.

Con este diagnóstico, los autores se plantean a través de esta obra, ofrecer una articulación para ir más allá de las muestras de descontento y de actividades intelectuales de denuncia, pero carentes de propuestas.

Respecto al Régimen de lo Público, señalaron que la ciudadanía no entiende a un Estado que actúa como un privado más, olvidándose que su rol se justifica y tiene sentido en la medida en que tiene en promueve el interés general. Ello se ve reforzado con el entramado constitucional chileno, que viene a ratificar la postura del Estado como un privado más. Esta situación es crítica, pues el régimen determina la función del Estado. Es decir, en el régimen privado la contraparte es el individuo, en tanto que el público tiene como contraparte al ciudadano con derechos, lo que hoy escasamente se puede encontrar en Chile.

Por ello es clave, a juicio de los autores, tomar conciencia de la radicalidad del modelo constitucional chileno, el que enfatiza el régimen de lo privado, evidenciando un subdesarrollo político. Esta situación ha sido uno de los factores críticos en la generación de una profunda desafección de los ciudadanos hacia las instituciones políticas. Además, con ello se ha instalado la errada idea de que son los movimientos sociales los únicos capaces de actuar en política de una manera que no sea espuria y, más aún, fundando la idea de que se puede alcanzar el bien común haciendo un agregado de las reivindicaciones sectoriales. De esta manera, se ha renunciado a un ideal regulatorio que no puede ser abandonado por una comunidad cívica. Por último, esta visión encierra un problema grave, pues es sabido que no existe posibilidad de desarrollar un sistema democrático sustentable sin un sistema de partidos políticos fuertes.

Otro factor importante presentado por Larraín y Couso es la privatización de la política. Ella ha llegado a impactar de manera grotesca en el sistema y comportamiento político del país. El financiamiento público de los partidos es clave para asegurar la condición señalada anteriormente. Esto supone partidos fuertes y sanos que sostengan la legitimidad del sistema y que cumplan con su deber de trabajar por el bien común y formar al ciudadano. Sin estas condiciones no existe democracia viable.

El impacto de este contexto es también evidente en el área constitucional: Los coautores del libro sostuvieron que la permanente demanda por una nueva Constitución evidencia que la democracia del país no está funcionando bien. Para los investigadores -independientemente de la metodología o vía que se emplee para ello- es indispensable acabar con las leyes orgánicas contra mayoritarias, con el sistema electoral binominal y con la labor preventiva del Tribunal Constitucional (que tiende a mantener el “empate”). Dichas fórmulas han sido heredadas de la dictadura y en la práctica implican que la regla básica que sostiene que una democracia es un gobierno de la mayoría, no tiene vigencia actual en Chile.

Por lo anterior, sostuvieron que nos encontramos en un punto de inflexión que exige que el país se replantee las reglas generales que lo guiarán a futuro.

Finalmente, abordando su diagnóstico y propuestas en materia económica, señalaron que se presenta la misma situación que en las áreas anteriores: Una supervaloración de lo privado por sobre lo público.
Indicaron que pese a que el modelo pueda haber generado beneficios, también ha propiciado el surgimiento de tres problemas básicos a los que no se les ha dado solución: La alta desigualdad existente; la estancación del crecimiento productivo y la detención -e incluso reversión- de la diversificación productiva exportadora.

Como propuestas para corregir esta situación, en el libro los autores presentan ideas que se enfocan a desarrollar una política industrial moderna; una política de conocimiento aplicada a la industria; una estrategia macroeconómica diferente y un cambio en la regla fiscal para sostener el tipo de desarrollo que proponen. Para todo ello, es clave contar con un Estado que se comprometa y juegue un rol estratégico.