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Juan Somavía en el CED: “Debemos valorar el aporte del mundo del trabajo a la riqueza y gobernabilidad del país”

Juan Somavía, quien fuera director de la OIT por más de dos períodos, fue convocado por Michelle Bachelet para coordinar el grupo de expertos que trabajaron en la elaboración de una propuesta de programa en materia laboral y fue el propio Somavía quien compartió en el CED su análisis del contexto global, marco nacional y de los temas específicos que plantea la propuesta con el fin de promover una legislación laboral moderna, democrática y eficiente.

Contexto general

En relación con los valores y principios que se encuentran tras la mirada sobre el mundo del trabajo, Juan Somavía señaló que tradicionalmente se ha considerado al trabajador como un elemento más del proceso de producción. Sin embargo, hoy no hay manera de abordar el trabajo sin tener presente que el trabajador es un ser humano, lo que tiene una dimensión social enorme.En gran medida de él dependen la estabilidad de la familia, la paz de la comunidad y parte de la credibilidad de las políticas públicas y privadas.

Se deriva entonces que, si el trabajador es un ser humano y no sólo parte del sistema productivo, entonces él posee derechos y, por lo tanto, ellos son Derechos Humanos, los que han sido contenidos en este articulado y desarrollados de manera práctica a través de los convenios de la OIT.

Como último punto central de esta visión general, Somavía indicó que, pese a que el capital y el trabajo se conjugan y en la empresa confluyen de manera interdependiente, ambos no son equivalentes. Para afirmar esta idea, citó a Juan Pablo II en su intervención del 1° de mayo del 2000: “Todos debemos colaborar para que el sistema económico donde vivimos no altere el orden fundamental del trabajo sobre el capital”, es decir, del bien común sobre el privado.

Sobre los puntos anteriores, Juan Somavía señaló que la experiencia internacional ha demostrado que cuando la legislación refleja estos principios, se alcanza más estabilidad y gobernabilidad. Esta es la enorme contribución que el trabajo hace a la gobernanza nacional, generando estabilidad del Estado y dando garantías para la inversión.

Por lo tanto, el mundo de la empresa y el del trabajo organizados, sumado a un diálogo social efectivo, son las claves para fundar una sociedad más estable.

Marco chileno

Si bien la legislación nacional englobaba derechos básicos para la promoción y valoración del mundo del trabajo, durante la dictadura ellos fueron desfigurados, lo que hasta hoy ha sido difícil de recomponer. Por ello, crear una legislación moderna, democrática y eficiente es aún una asignatura pendiente.

El gran riesgo que encierra no atender esta situación es que los problemas derivados de ello lleguen “a la calle”, lo que aumentaría la confrontación, conatos y la incertidumbre. Esto, sin lugar a dudas, tendría un impacto negativo en la empresa, la economía y la paz social. De ahí la importancia de promover el diálogo social.

El desarrollo nacional requiere valorar el papel del trabajo, valorar el diálogo social y dar un espacio a la mirada de la economía nacional realizada desde el mundo del trabajo con todos sus temas. Sólo así, se asegura la gobernabilidad del país.

Esto pasa necesariamente por un proyecto nacional de desarrollo. Es evidente que la forma de globalización conocida hasta hoy está en crisis, la que se inició con la con la crisis del sistema neoliberal que desembocó en una -también- crisis financiera. Este nuevo ciclo, que en el caso chileno tiene como punto crítico disminuir la inequidad, se da en un momento de oportunidad única, en el que podemos plantearnos el modelo económico que queremos tener, podemos establecer una vía al desarrollo con conceptos chilenos que sean los más adecuados para nuestra historia y nuevos tiempos, agregó Somavía.

Temas específicos del programa laboral

Como lo indicó Juan Somavía, las propuestas resultantes del trabajo de la comisión que lideró apuntan a “emparejar la cancha” entre los actores sociales. Señaló las más relevantes, entre las que se encuentran: Ampliar y favorecer la negociación colectiva; terminar con los multirut; fortalecer los sindicatos; abordar el tema de los salarios mínimos y participativos; seguro de cesantía; capacitación; promoción y resguardo de las pymes; políticas de promoción de la productividad y calidad del empleo; revisar el rol del Estado como empleador. Somavía profundizó cada una de ellas, explicando las medidas específicas por medio de las cuales se desarrollarán estos temas.

Al cerrar su exposición Juan Somavía reiteró la idea de que hoy tenemos una gran oportunidad, que supone entender la riqueza y contribución a la gobernanza nacional de los temas del mundo del trabajo.

Además, se mostró optimista sobre la viabilidad para que esta propuesta encuentre acogida y avance en el parlamento. Con todo ello, obtendremos una imagen de país estable, serio, que es capaz de asumir y concretar cambios importantes de manera adecuada, a través del encuentro de la política, la legislación y el diálogo social. “En un mundo complejo, esto puede ser una imagen fuerte para favorecer nuestra etapa de desarrollo y democracia”.

A modo de cierre y motivación, Somavía hizo un llamado al sentido común y diálogo entre los actores sociales, con el propósito de asegurar que “no perdamos la oportunidad que tenemos por delante”.