Con gran participación continuó el ciclo de formación y reflexión organizado por el CED y que cuenta con el patrocinio de la Fundación Konrad Adeanuer. El ciclo, que ya lleva dos encuentros, está dedicado a analizar el aporte de la comunicación social y política a la calidad de la esfera pública y democracia en Chile. En esta segunda charla, fueron Ale Catalina Fernández, periodista, sub editora fact-checking PUC y Eduardo Saffirio, abogado, cientista político y ex diputado, quienes abordaron el tema “Esfera pública en tiempos de redes sociales y posverdad”.
Luego de las palabras introductorias y de bienvenida de Claudio Pérez, Director Ejecutivo del CED y moderador de la instancia, Eduardo Saffirio analizó la relación entre estos elementos a partir de tres ideas fundamentales:
iii) Chile carece de verdadera esfera pública. Lo anterior se evidencia en la falta de identificación con metas colectivas (salvo en algunos momentos); sentimiento de impotencia política de muchos sectores de la opinión pública; discusiones que caen en la instrumentalización; déficit de ciudadanía; banalización de la información entregada por los medios de comunicación y, un sistema departidos en crisis, situación que ha sido fomentada precisamente por estos medios a través de la mediatización de la política, lo que ha tenido efectos mediáticos y políticos: farandulización, personalización e impacto en la selección de las élites políticas.
Posteriormente, Ale Catalina Fernández realizó una presentación que ilustró con cifras qué medios y redes sociales utilizamos según los grupos a los que pertenecemos los chilenos y cuál es nuestro nivel de conectividad.
Entrando en materias más específicas, señaló, en relación a la redes sociales, que el escenario en que estas se desarrollan es cada vez más complejo e interconectado, con mayor acceso a la información que reviste el peligro de caer en la falacia al de creer que aquello particular se presenta es generalizable. En cuanto a la transparencia de la información mediatizada por estas redes, pese a sus falencias, reconoció que estas son una herramienta tecnológica para tener mayor acceso a la información, lo que permite “nivelar la cancha entre la elite y el pueblo” y que es la misma ciudadanía la que exige mayor transparencia.
Otra característica que destacó de las redes sociales es que han hecho que la audiencia se convierta en usuaria y emisora de la información y ya no sólo receptora del mensaje, la que tiene como características el hecho de ser medible, más global y donde tienen mayor interacción las emociones que la razón. Lo anterior genera espacios que permiten la manifestación de la posverdad (la que indicó a su juicio siempre ha existido), al ser los medios y redes sociales los que deciden qué y de qué manera mostrar(nos) los acontecimientos.
Ante este escenario, el desafío de los medios de comunicación es volver a su rol social, es decir, retomar su papel fiscalizador y ser facilitadores del acceso a la información para que los ciudadanos tomen las mejores decisiones. En cuanto a “nosotros” como receptores, el llamado es a ser conscientes del origen de la información, siempre verificar y “no creer en todo”. Junto con lo anterior, es indispensable la educación, el pensamiento crítico y la adaptabilidad a nuevas tecnologías.
Luego de las exposiciones, los asistentes plantearon interrogantes y visiones que facilitaron la profundización sobre algunos aspectos específicos y generaron una constructiva discusión.
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