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El liberalismo político ha confinado la promoción de la fe sólo a la vida privada

El teólogo, sacerdote jesuita Miguel Yaksic, compartió en el CED -con un grupo de investigadores, académicos y estudiantes- las ideas centrales de su libro “Política  y Religión: Teología pública para un mundo plural”.

Generosamente comenzó compartiendo el proceso que lo llevó a escribir sobre este tema, indicando que como creyente miembro activo de una comunidad, se vio tensionado entre dos lealtades: Jesucristo y su mensaje, y la acción pública en una democracia liberal y pluralista a la que adhiere.

Sin embargo, los defensores de los valores modernos de la igualdad, respeto y tolerancia; del liberalismo político que constituye la moral pública dominante en occidente, han llevado a la privatización de la fe.

Ello se hace palpable en las tres condiciones básicas de este modelo: la separación de la Iglesia del Estado; la neutralidad del Estado en cuanto a las concepciones del bien y la priorización de los justo por sobre lo bueno, es decir, de los derechos individuales sobre toda concepción acerca de la virtud y de lo bueno que deben ser propias de las identidades personales y comunitarias de la esfera privada.

De esta forma, la religión sólo puede promoverse en la vida privada, lo que no sería un problema si la fe cristiana sólo buscara formar conciencia personal, pero también quiere aportar en lo público. Esto provoca la reacción de algunos cristianos que condenan el mundo liberal y se protegen en una identidad de resistencia, de sacristía.

El punto que defiende la obra de Yaksic es “el carácter irreductiblemente político de la fe cristiana“, pues el creyente es compelido por su fe. Para él, ésta es personal, pero no individual; no es privada, sino inclusiva de toda vida humana. La fe forma la identidad de quien la profesa. Esta es la tensión permanente de estos nuevos tiempos. El carácter público de la fe cristiana frente a la tendencia liberal moderna de confinarla a la esfera privada. Tampoco es aceptable la condena del liberalismo que se basa en tantos valores cristianos y  permite el ejercicio de la fe.

Establecido el punto,  Miguel Yaksic explicó, haciendo un recorrido por las ideas centrales de los tres capítulos de su libro,   la tesis sostenida por Taylor, que apunta a una noción de “liberalismo hospitalario” con la religión, que haga compatible la promoción de la fe con la vida pública, donde por su parte el cristiano haga una contribución a los doctrinas morales, de una manera libre de violencia y de tentativas hegemónicas. La esperanza cristiana nos acompañará hasta el final de los tiempos por lo que ni el pesimismo existencial ni la pretensión integrista de imponerla aquí y ahora son aceptables.