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Biodiversidad: Patrimonio de Chile

Javier Simonetti, ecólogo y académico de la Universidad de Chile, compartió con el grupo estable de la Comisión de Sustentabilidad Ambiental y Social del CED -formado por académicos, investigadores, representantes y asesores del mundo político-, sus Reflexiones respecto al Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas necesario para Chile

El experto contextualizó el tema a tratar entregando una definición de lo que se entiende por Biodiversidad: “la variabilidad de los organismos vivos, que forman parte de todos los ecosistemas terrestres y acuáticos. Incluye la diversidad dentro de una misma especie, entre especies y entre ecosistemas”.

Con esta ilustración, inmediatamente el análisis derivó hacia el valor de la Biodiversidad para nuestro país. Simonetti fue enfático al señalar que ésta es el patrimonio de Chile, pues no sólo la comprensión de él se debe limitar a la diversidad biológica, sino que también se debe extender a su aporte esencial para bienestar social (es uno de los elementos centrales que determina el bienestar humano), ya que en ella se encierra también nuestro patrimonio cultural; económico y simbólico.

Pese a su relevancia, su protección y uso adecuado están en constante ajuste. Prueba de ello es que la huella humana sobre la biodiversidad es evidente y la biodiversidad continúa reduciéndose. Pese a los esfuerzos, el patrimonio de la humanidad se está reduciendo. ¿Cómo lo estamos haciendo en Chile? Resultados de estudios demuestran que nuestro Índice de desempeño ambiental: biodiversidad y hábitat, se encuentra muy por debajo del de países de la región y del de aquellos que cuentan con ingresos similares al nuestro. La forma en que usamos los recursos nos está llevando al deterioro de éstos y-así- al de nuestro bienestar.

La OCDE ya nos advertía previo a nuestra incorporación al grupo, que la protección de la naturaleza no ha tenido en nuestro país ni el énfasis, ni los recursos suficientes. ¿Por qué? En Chile el vacío institucional y regulatorio es irrefutable. Por un lado contamos con una Ley (18.362 SNASPE) que nunca entró en vigencia y, por otro, tenemos una dispersión de competencias y esfuerzos entre 10 Ministerios, 28 Servicios y 28 figuras de conservación.

En este marco ¿cuáles son los desafíos de Chile para abordar de manera seria y que otorgue la sustentabilidad buscada?: La gobernanza de la biodiversidad, es decir, “la forma en que las partes interesadas participan efectivamente en la elaboración de políticas y toma de decisiones, basados en reglas legales, de forma transparente, equitativa y responsable, asegurando la visión estratégica de conservar biodiversidad, su uso sustentable y la distribución de los beneficios a nivel nacional, regional y global para las generaciones actuales y futuras”. Este concepto implica gestionar múltiples políticas e instrumentos a diferentes escalas (local a global); a las diferentes partes interesadas y a los servicios ambientales y culturales que inciden en el bienestar humano.

Por esta razón es válido afirmar que el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas no sólo es bienvenido, sino que su aporte es necesario, pues con el se fortalecería la institucionalidad ambiental del país y se concentrarían y coordinarían en una entidad especializada los esfuerzos -hasta hoy- distribuidos en diversos organismos del Estado.

El objetivo central de este Servicio debería ser el gestionar la conservación y los usos sostenibles de la diversidad biológica, en cuanto a patrimonio natural y cultural, a nivel de genes, especies y ecosistemas en todo el territorio y mar nacional.

Es por ello que se espera que éste cuente con metas claras; que sea conceptualmente robusto; que permita el cumplimiento de los objetivos del Convenio de Diversidad Biológica (CBD); que sea una entidad participativa; que tenga un enfoque ecosistémico, preventivo y se enmarque en el principio precautorio. Hecho el diagnóstico y determinados los atributos indispensables, el especialista analizó si el Proyecto de Ley en discusión y Servicio propuesto cuenta con ellos.

Para Simonetti las deficiencias y correcciones requeridas son evidentes. El Proyecto necesita solidez conceptual. La propuesta se basa en una definición incompleta de Biodiversidad pues sólo considera elementos de composición y estructura, ignorando el funcionamiento. La condición anterior disocia la “biodiversidad” de los servicios ecosistémicos y de las nociones de desarrollo y bienestar.
Esto confirma que el Proyecto (y el Servicio que crearía) es conceptualmente débil, lo que- tal vez más grave aún- se traduce en debilidad operacional. Por lo tanto, es indispensable robustecer este y numerosos otros conceptos para conseguir un Servicio también fuerte, que le otorgue precisión en su mandato de forma que disponga de: términos de referencia claros e indicadores verificables de su desempeño.

Otra debilidad es que la propuesta restringe territorialmente al Servicio, focalizándolo a las Áreas Protegidas, lo que es necesario pero insuficiente e, incluso, excluyendo explícitamente las especies hidrobiológicas. Con ello, el Servicio quedaría sustentado sobre un paradigma válido en los años ’30, anacrónico, teórico y empíricamente falso. Así, todo lo que quede fuera de las Áreas Protegidas reduce a cero su valor de biodiversidad y, además, produce una integración asimétrica al permitir actividades productivas al interior de estos espacios protegidos, con lo que se genera un alto riesgo de degradación de la diversidad biológica dentro de las propias áreas que tienen como propósito resguardarla.

Luego de un análisis exhaustivo de las condiciones y debilidades de la propuesta, Javier Simonetti llegó a concluir que, si bien los atributos deseables en la ley son pocos, nos encontramos en el momento propicio de ver sus reformas como una oportunidad para robustecer el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, otorgándole la solidez conceptual que requiere y cambiando el paradigma para lograr capacidad y efectividad operacional sobre toda la biodiversidad en todo el territorio.

“Chile tiene experiencia y capacidad para gestionar sustentablemente su biodiversidad”