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Áreas Protegidas en Chile ¿Cómo vamos?

Teniendo este tema como eje de su exposición, Fernando Valenzuela Viale, Coordinador Nacional a.i. del Proyecto GEF SNAP, participó en una nueva edición de la Comisión de Sustentabilidad Ambiental y Social del CED, en la que compartió con los asistentes su visión sobre el camino recorrido en este proceso que aspira dotar a Chile de un nuevo sistema de  Área Protegidas (AP), abordando para ello sus antecedentes, logros y desafíos pendientes.

La intervención del especialista comenzó por lo fundamental, explicar el concepto de AP, la que definió como un espacio geográfico (terrestre o marino) para conseguir la conservación a largo plazo de la diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos, entendiendo que la biodiversidad es parte del patrimonio natural y cultural del país (identidad). En este marco, ellas -aunque no son el único- se constituyen en un valioso instrumento para lograr este fin.

Actualmente en Chile existen 206 AP, que representan 15.627.548 hectáreas del territorio (20.7%), las que se encuentran administradas por diferentes órganos e instituciones públicas. A ellas se deben sumar 1.500.139 hectáreas de iniciativa privada.

Fernando Valenzuela realizó un análisis para establecer cuán bien operan las AP, señalando en él sus fortalezas, entre las que destacó que ellas son un gran patrimonio territorial, de paisajes, ecosistemas y especies distribuidos a lo largo del territorio nacional y que, también, cuentan con personal muy motivado, preparado y de larga experiencia para gestionar las áreas, incluso en circunstancias muy difíciles. Pero este análisis develó asimismo sus debilidades, entre las que se encuentran la carencia de capacidad para proteger efectivamente el patrimonio natural; la falta de representatividad biológica; la ausencia de una legislación adecuada, de recursos financieros, participación, capacidad de educar y diseminar los valores ambientales y; finalmente, la falta de estándares y de una articulación sistémica

Todas ellas son cuestiones que se procuran abordar y solucionar a través de un nuevo Sistema de AP y, para Valenzuela, Chile tiene la oportunidad histórica de superar y modernizar la visión de las AP, tradicionalmente reconocidas como sitios aislados, preferentemente destinados a la preservación (“no tocar”), para ahora darles un tratamiento orientado hacia la conservación, integradas al desarrollo sustentable, enfatizando sus beneficios socio-ambientales asociados. Además, señaló que con ello también se conseguiría avanzar desde el concepto de “red de AP”, hacia un enfoque de “Sistema de AP” que permita alcanzar de manera efectiva y eficaz los objetivos nacionales de conservación de la Biodiversidad “in situ”. Es decir, pasar de una “Historia” a un “Diseño”

Clave para que este proceso sea exitoso es no perder de vista objetivo general que se dio a la Política Nacional de AP (2005), el que se planteó para: “Crear e implementar un Sistema Nacional de AP, terrestres y acuáticas, públicas y privadas, que represente adecuadamente la diversidad biológica y cultural de la nación, garantizando la protección de los procesos naturales y la provisión de servicios ecosistémicos, para el desarrollo sostenible del país, en beneficio de las generaciones actuales y futuras”

Tomando como base esta concepción -motor del proceso-  es posible evaluar si se han logrado  avances. Ante esta interrogante, el experto indicó que ya se cuenta con una estrategia de diseño institucional del SNAP bajo un nuevo paradigma, aplicando un enfoque “bifocal” es decir, mientras se construye el SNAP deseado no se descuidan las prioridades presentes, se continúa progresando en temas críticos.

Finalmente, y luego de haber abordado y explicado a los participantes diferentes puntos vitales  que son parte de este proceso, como la valoración financiera del SNAP y los focos de la estrategia para alcanzar la sostenibilidad económica del sistema; la  relación que el SNAP mantiene con subsistemas regionales, públicos y privados, terrestres y marinos; y cómo el sistema implica también abordar la gestión de la biodiversidad tanto dentro como fuera de las AP , Fernando Valenzuela especificó cuáles deben ser ejes claves sobre los que se debe trabajar para el diseño del SNAP. Ellos son:

ü  Desarrollo de la política nacional de conservación

ü  Aseguramiento del uso de los servicios aportados por los ecosistemas protegidos

ü  Representatividad de las AP en relación con el patrimonio nacional

ü  Integración efectiva de los AP privadas (no públicas) y participación de la comunidad al SNAP

ü  Desarrollo de la institucionalidad y tipologías de AP

ü  Desarrollo de la capacidad de gestión y financiamiento

El encuentro finalizó con el intercambio de visiones, que sin duda son aportes  necesarios en esta etapa de la formulación de un nuevo SNAP, que logre concretarse en la mejor alternativa posible para la conservación de la biodiversidad y, con ello, del patrimonio natural y cultural de nuestro país.