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¿2008? o ¿2008-2009?

Por Mauricio Jelvez

El liderazgo político supone, entre otros atributos, iniciativa, decisión y eficiencia para fijar el norte e implementar las tareas que éste exige.

Cuando en el espacio de la agenda pública se impone el presentismo llega la miopía, que es una falla más propia del mercado, y se traslada a la política que, por el contrario, es el espacio donde se debería fijar la visión estratégica.

Entonces, la pregunta ¿cuáles serán los hechos que marcarán la agenda 2008? Encierra un peligro: permitir que la contingencia se imponga y reine el oportunismo. No es lo mismo, afirmar que el gobierno entra a su tercer cuarto que asumir que comienza la segunda mitad de su período.

No se trata de un juego de palabras, se trata de una comprensión conceptualmente distinta de la tarea de gobernar.

Veamos algunos ejemplos: no es lo mismo una política energética para enfrentar el riesgo del racionamiento para el 2008 que otra orientada a solucionar el déficit y excesiva concentración de la matriz energética de Chile; no es lo mismo una política macroeconómica sesgada al control del peligro inflacionario que otra preocupada de elevar nuestras actuales tasas de crecimiento económico; no es lo mismo una campaña municipal orientada a ganar en la correlación de fuerzas entre los dos bloques políticos predominantes o al interior de éstos que una inspirada en la construcción de un proyecto para tener ciudades con mayor calidad de vida y más integradas territorial y socialmente; no es lo mismo una política de transporte público centrada en la corrección de un diseño mal formulado que sirve para generar dividendos políticos a unos y otros que una política de Estado para racionalizar el uso del espacio público y maximizar el tiempo para la vida en familia y el ocio de los habitantes de la ciudad.

Todos éstos son temas que estarán en la agenda del 2008. Pero, nuestro desafío es otro: sentar las bases de una nueva estrategia de desarrollo integral para Chile.

Para ello, la Presidenta Bachelet tiene dos años para desplegar su agenda de alcance mayor y por la cual la mayoría de los chilenos y chilenas votamos por ella. Sin prisa, pero sin pausa, debemos echar a andar una cartera de proyectos en innovación, promover la asociatividad y traspasar más poder a las comunidades locales y las personas, profundizar aun más nuestra democracia y la participación de los jóvenes en la vida cívica del país, implementar íntegramente su agenda pro MIPYMES, consolidar el Proyecto Chile Potencia Alimentaria, instalar las bases de una reforma profunda y modernizadora del Estado, dotar al país de una mayor y mejor capacidad de Investigación y Desarrollo, persistir en las políticas educativas para una mayor equidad y calidad y, sobretodo, insistir en sus políticas públicas para una mayor justicia social en Chile, como es la reforma previsional o la laboral.

Columna publicada en La Segunda el 31 de Diciembre de 2007